Me resulta llamativo que una noticia tan importante como el hecho de que por primera vez un Juzgado en España haya aceptado como método de cancelación de una deuda hipotecaria la devolución de las llaves del inmueble en cuestión a la Entidad de Crédito acreedora, haya pasado tan de puntillas por la prensa, y para mí es realmente una noticia de enorme alcance y de repercusiones que pueden llegar a ser graves.
Veamos, el Banco1 prestó a Pepe López 100.000 euros para la adquisición de un apartamento, dinero que a su vez el Banco1 pide prestado al Banco2 en el mercado interbancario o a sus propios clientes en forma de los depósitos a plazo que capta, con la esperanza de que Pepe devuelva el préstamo a un tipo de interés superior al que le tiene que pagar al Banco2 o a sus clientes y ganarse la diferencia. Todo correcto, esa es la esencia del negocio bancario… un negocio en el que vez de venderse zapatos o fruta se vende (se presta) dinero a cambio de un interés.
A Pepe de pronto las cosas le van mal, no puede hacer frente a las cuotas de amortización del préstamo hipotecario y evidentemente se llega al embargo. Saltan todas las alarmas… el piso por el que Pepe pidió 100.000 euros resulta que vale 70.000… alguien se ha dejado 30.000 euros por el camino, porque el Banco2, o los propios clientes del Banco1, prestaron al Banco1 100.000 euros y esa cantidad es la que debe devolverles.
Hago un inciso en este punto para explicar que el negocio bancario, el más poderoso e influyente del mundo desde hace por lo menos dos siglos, es, paradójicamente, el más virtual de todos puesto que se basa en dos circunstancias no siempre conocidas, un hecho que lo hace endeble y otro que lo hace tremendamente dependiente.
Lo hace endeble el que si todos los clientes de un Banco acuden el mismo día a retirar su efectivo de cuentas corrientes y depósitos, cosa que teóricamente puede ocurrir, el Banco quiebra en menos de 10 minutos puesto que ese dinero no se encuentra guardado en las cajas de seguridad si no en constante movimiento en forma de préstamos, inversiones, etc. Señores: un Banco sólo tiene obligación legal de mantener en efectivo y disponible un porcentaje del dinero que tiene depositado; en la UE actualmente ese porcentaje, llamado coeficiente de caja, es del 2% en liquidez del total de dinero depositado. Lo hace dependiente el hecho de que, en el 90% de las ocasiones el dinero que presta un Banco no es dinero del propio Banco, como hemos dicho (ese dinero del propio Banco, llamado recursos propios, se utiliza para ampliar el negocio, abrir oficinas, comprar otros bancos o empresas participadas, etc); en definitiva: el dinero que presta a los clientes muy rara vez es suyo.
Si ocurriera esa circunstancia de la retirada masiva de efectivo en un banco determinado, por rumores sobre su solvencia, tendríamos un problema tan grave que el efecto dominó, por pánico, probablemente destrozaría el sistema crediticio. Os aseguro que no hay nada que pueda darnos más miedo que ver a los clientes del Banco de enfrente al nuestro haciendo cola para retirar sus depósitos… y hoy por hoy ningún Banco o Caja española (ni europeo) tiene un balance sin sospechas de estar en dificultades debido a su enorme exposición al riesgo inmobiliario.
Retomo el hilo anterior: resulta que el Banco1 se encuentra con que, como un Juzgado ha autorizado a cancelar la deuda que tenía Pepe con ellos mediante la devolución de las llaves del piso, devaluado en un 30%, tiene haciendo cola ante las puertas de sus oficinas a un montón de Pepes, Juanes y Matildes con las llaves de sus pisos en la mano dispuestas a cancelar sus deudas por la vía rápida e irse a vivir de alquiler. El Banco1 se encuentra con la tragedia contable que supone tener un balance irreal, con unos pisos que contablemente valen una cantidad, para los que ha pedido esa cantidad de dinero a otros, pero que realmente valen esa cantidad menos un 30%, con unas dotaciones por insolvencia que no cubren el riesgo expuesto, con esos bancos acreedores llamando a la puerta para recuperar su capital prestado o con los depósitos a plazo venciendo, a los que tiene que hacer frente. Para más Inri el Banco1, en el mismo interbancario, ha dejado dinero a los Bancos 3, 4, 5, 6… que tampoco es que estén en muy buenas condiciones y tienen miles de llaves llegando a sus oficinas. El desastre es prácticamente total y en cascada. La interdependencia de este sector es apabullante.
La exposición del conjunto del sistema crediticio español, particularmente de las politizadas Cajas de Ahorro, en el ladrillo es tan brutal que simplemente una lectura real en sus balances del valor del ladrillo que hay comprado con “su” dinero (aunque ya hemos visto que ese dinero en realidad lo ha pedido a su vez a otros) les llevaría a una situación de quiebra técnica: tiene más dinero prestado que la suma del valor de los pisos que tienen sus clientes hipotecados. Eso, queridos, se llama quiebra y ya ha ocurrido en EE.UU, con los gigantes hipotecarios Fannie Mae, Freddie Mac y otras entidades… y no olvidemos que, casualmente, EE.UU. es un País donde se podía cancelar la hipoteca entregando las llaves; aquí hasta hace poco, no.
Me da miedo una quiebra bancaria gorda en España. El efecto contagio en el País Campeón Mundial de la especulación inmobiliaria me parece probable y no se resolverá hasta que los bancos le metan mano de verdad a sus balances, arreglen lo que tengan que arreglar ahí, doten de verdad las provisiones necesarias para la mora (impago) real que puede venirles encima y se reorganice el sector, absorbiendo los bancos sanos a los bancos y cajas enfermas. Pero como eso dejaría a mucho politiquillo retirado, metido a banquero, con el trasero al aire me parece que no ocurrirá, se dará una patada a seguir al problema y se pondrán un par de paños calientes a la espera de que la Providencia arregle el desaguisado
Si esto ocurre, y no se va al fondo del problema, me da mucho miedo lo que puede ocurrir si algún día algún Banco significativo revienta, la gente se pone nerviosa y nos vamos cada uno a nuestro Banco a ver qué pasa.
De verdad que me llama la atención que una noticia tan importante haya pasado bastante desapercibida en la prensa. Vaya ladrillazo os he soltado, no?